MSc. Ronald Paton Chuquimia:
La prueba en el proceso civil boliviano constituye el eje central para la resolución de los conflictos, pues permite al juez formar convicción sobre los hechos controvertidos. El Código Procesal Civil (Ley N° 439) establece que cada parte tiene la carga de probar lo que afirma, garantizando así la igualdad procesal y el derecho a la defensa. Los medios de prueba admitidos —documentos, testigos, peritajes, confesiones, inspecciones y presunciones— deben ser pertinentes, útiles y obtenidos de manera lícita, respetando los principios de inmediación, contradicción y concentración. De esta manera, la prueba no se limita a ser un instrumento formal, sino que se convierte en la vía para alcanzar la verdad material y asegurar la tutela judicial efectiva.
La importancia de la prueba radica en que sin ella no es posible dictar una sentencia justa ni fundada. El juez debe valorarla conforme al sistema de sana crítica, aplicando la lógica, la experiencia y la ciencia, y fundamentar en su decisión cómo cada elemento probatorio influyó en el fallo. Así, la prueba se erige como la columna vertebral del proceso civil: limita la discrecionalidad judicial, evita arbitrariedades y garantiza que las resoluciones reflejen la realidad acreditada en el proceso. En síntesis, el manejo correcto de la prueba asegura que el derecho se aplique con justicia material y con respeto pleno al debido proceso.
MSc. Paton Chuquimia Ronald:
Los 17 principios procesales del Artículo 1 del Código Procesal Civil no son simples enunciados normativos, sino el corazón vivo del proceso civil boliviano: un sistema diseñado para transformar conflictos en justicia efectiva, rápida e inclusiva. Desde la oralidad que humaniza la audiencia hasta la verdad material que obliga al juez a buscar la realidad más allá de las formas, pasando por la interculturalidad que reconoce la diversidad plurinacional y la celeridad que combate la inercia, cada principio es una herramienta estratégica para garantizar el debido proceso constitucional. Diplomantes, dominar estos principios no solo les permitirá ganar causas, sino construir un sistema judicial digno del Estado Plurinacional: uno donde la gratuidad abra puertas, la probidad exija lealtad, y la función jurisdiccional sea verdaderamente un servicio al pueblo. ¡Estudien con pasión, apliquen con rigor y transformen la justicia boliviana!